viernes, 24 de diciembre de 2010

UN MES MÁS BAJANDO DE PESO...

Al conseguir bajar de los 100 kilos creí que iba a ser mucho más dificil seguir bajando, y de hecho lo es, aunque no como me imaginaba, pues un mes después de conseguir los 98,3 ya he puesto la bascula en 97.
Una vez más me sigo sorprendiendo gratamente a mí mismo. Espero que todo lo que escribo en este blog llegué a otras parsonas con el mismo problema que yo tenía y les sirva para motivarles a intentarlo, ya que como veis no hay nada imposible... Simplemente complicado, pero podemos conseguir cualquier meta que nos propongamos si somos constantes y positivos.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

LA BARRERA SICOLÓGICA DE LOS 100 KILOS

Cuando una persona, como era en mí caso, supera con creces la cifra de los 100 kilos (141,5 kg), se le hace una verdadera montaña simplemente el hecho de intentar perder peso, pues el sobrepeso es tan considerable que nos creemos incapaces de poder lograr ni siquiera aproximarnos a los 100 kilos, y ese es el primer y más grave error. Cuando uno pesa una brutalidad, como era mi caso, no hay que ponerse metas inalcanzables de querer perder en poco tiempo 60 kilos, porque no va a poder ser. Hay que ser consciente de nuestro problema, y afrontarlo con pequeños retos. En mi caso, cuando pesaba 141,5 kilos, mi primer objetivo era llegar a los 130 kilos, luego ponernos otra meta a los 120 kilos y así sucesivamente, y pensar siempre en positivo, " si he conseguido bajar hasta 130 kilos, ¿porque no voy a ser capaz de bajar hasta los 120 kilos?" y seguir en el empeño, pero nunca marcarnos objetivos grandes e inalcanzables en un principio. Si nos proponemos conseguir metas cortas cuando nos queramos dar cuenta ya no serán 10 kilos los que habremos bajado, si no 20, 30 ó 40, eso sí, siempre con ganas e ilusión por conseguir nuestras metas, cueste lo que cueste.
Es cierto que ahora me cuesta muchisimo bajar de peso, y soy consciente de que la culpa es mia, por permitirme algún que otro capricho que no debería, pero como en mí caso el tiempo no es lo importante, aunque me cueste más no por ello significa que no logre bajar, pues tengo que daros la noticia de que por fin he conseguido dejar atrás las tres cifrás, para pasar ha estar de nuevo muchos años después por debajo de los 100 kilos, concretamente 98,3 kilos, eso significa que he conseguido bajar la friolera de 43,2 kilos en 17 meses. Para algunos será demasiado tiempo, y en parte tienen razón, pero ¿qué es mejor pasar por el quirófano o bajar los 43 kilos sin arriesgarme a no salir de la operación?, porque no nos engañemos, es cierto que hay muy pocos casos en los que el paciente se queda en la operación, pero los hay, y yo no quería ser uno de ellos, por eso mismo decidí armarme de valor para demostarme a mí mismo y a los medicos que me dijeron que sin operación no lo conseguiría, que con empeño todo es posible, y mira por donde, 17 meses después he perdido 43,2 kilos.

domingo, 31 de octubre de 2010

EN MI CASO...

En mí caso, no es que mi vida corriera un serio peligro por mí obesidad, pero si que es cierto que mi vida se estaba convirtiendo en un suplicio para hacer según que cosas.
El simple hecho de ponerme los calcetines era todo un suplicio, pues me ahogaba al intentarlo y siempre debía de recurrir a que mi esposa me los pusiera, si así es, y no me avergüenzo por ello, ya que era una realidad. Subir cuestas me suponía un esfuerzo sobre humano resintiéndose en mis piernas, mi espalda y mi corazón, pues se me aceleraba. Después de trabajar llegaba a casa destrozado.
Aunque no era ningún impedimento para hacer sexo, si debo reconocer que muchas de las posturas de las que hoy disfruto cuando hago el amor a mi mujer, simplemente hace 16 meses eran imposibles de realizar.
He logrado aumentar mi autoestima, y sentirme bien conmigo mismo como hace muchos años atrás. Ahora no tengo problemas para encontrar ropa en la mayoría de tiendas, no como antes que no solo tenía que ir a tiendas especializadas que me costaban un dineral, si no que nunca encontraba realmente algo que me gustara como me quedaba, pues nada me quedaba bien. Pero hoy todo ello a cambiado y para bien.

EL SECRETO

El secreto está en sustituir las pizzas, las hamburguesas, los fritos, los macarrones (o sea todo tipo de pasta), la carne de cordero, las salsas, los platos con cuchara, los embutidos, el exceso de legumbres, y la bollería por la ensalada, verdura y la carne y pescado a la plancha. Recordar, si sois de comer pan no hace falta eliminarlo de la dieta, simplemente reducirlo, pues aunque parezca una tontería el pan nos ayudará muy mucho en no dejar la dieta en el primer mes. Y lo que más ayuda a conseguirlo sin duda alguna es estar bien mentalizados de que podemos hacerlo y ser constantes.

miércoles, 27 de octubre de 2010

COMO PERDER 40 KILOS DE PESO Y NO MORIR EN EL INTENTO...

Aparte de mis muchos problemas que no son pocos, uno de los que yo consideraba como "Importante" era mí obesidad, pues no solo por lo de la imagen, si no por mí propia salud. Este problema se había convertido en un autentico trauma sicológico, y supongo que la mayoría de gente que lo padece podrá entenderme, pues no es fácil vivir con un enorme saco de kilos colgado por así decirlo en nuestras espaldas.
Para que la gente que no lo ha padecido, que intenten trabajar y en definitiva vivir durante 24 horas al día con una mochila colgada en la espalda de más de 50 kilos de peso. A las dos horas ya no podrán con su alma. El cansancio y los problemas físicos sin duda se agudizan de una manera brutal. Cuando intentaba jugar con mi hija al baloncesto, la mayoría de veces me fastidiaba la espalda y en varias ocasiones los tobillos. Si ya es doloroso y difícil de recuperarse de un esguince por pequeña que sea, pruébenlo con la mochila que les he mencionado anteriormente, el proceso de recuperación será cuando menos del doble de tiempo, pues en cada paso que das estas castigando la zona afectada con una cantidad de kilos excesiva.
Pero todo no acaba ahí, pues también están los problemas respiratorios. En cuanto quería subir una cuesta, no solo era difícil para mis piernas, si no también para mis pulmones y corazón, el sobreesfuerzo que tenía que realizar para afrontar dicha cuesta era descomunal y todo el cuerpo lo resentía. Pero que les voy a contar que no sepan a los que padecen dicho problema o lo han padecido.
De lo único que nunca me pude quejar fue de mis resultados de analítica, pues aun pesando 141,5 kilos siempre me salieron bien, sin colesterol, ni azúcar, ni ácido úrico etc., pero por lo normal es que con una obesidad importante los resultados no salgan del todo bien o muy mal.
Mí método para lograr bajar mí obesidad no ha sido ni es debido a ninguna intervención quirúrgica, ni con regimenes rigurosos, pues como habréis podido comprobar los 40 kilos que he logrado perder hasta la fecha han sido producto de un largo periodo de tiempo, (entre junio de 2009 hasta octubre de 2010) y ahí esta el secreto. No se puede pretender bajar radicalmente de peso, primero por que no es bueno para la salud, y segundo por que en el momento que lo dejas, vuelves a engordar con la misma rapidez o incluso más. El único secreto es la "constancia". Y tampoco hay que volverse loco con pesar la comida, que si 100 gr. de esto que si 150 gr. de lo otro, no, por que en definitiva acabaremos cansándonos antes de lo que nos imaginamos.
Simplemente hay que hacer una dieta equilibrada, eliminar la pasta, las salsas, el embutido, el exceso de legumbres, los gases (Colas y Cervezas) y por supuesto todo tipo de alcohol. Os preguntareis por que no he mencionado el pan, pues por que yo no lo he dejado de comer, el pan es necesario si eliminas la pasta de tú dieta, eso sí, hay que intentar reducirlo un poco. También hay que olvidarse por supuesto de los dulces, así como chocolate, bollería, pasteles etc., y del exceso de sal en las comidas, aunque como en el caso del pan no hay que suprimirla del todo, pues es necesaria para nuestro organismo, he intentar beber más agua, aunque si os digo la verdad en mí caso en invierno me cuesta beber agua.
Os pondré un ejemplo de mi dieta de un día cualquiera:
Por la mañana antes de entrar al trabajo, un café con leche o una infusión (mejor manzanilla), a media mañana cuando paro para desayunar en el trabajo, un pequeño bocadillo (tampoco debe de ser muy pequeño) de jamón en dulce, o de atún, o de queso bajo en calorías, o de pavo, o incluso de jamón serrano, eso si sin descartar un día a la semana de hacerme el bocadillo de otro tipo de embutido, pues hay que darse alguna alegría de vez en cuando (por eso os decía que no era un régimen riguroso) eso si, sin pasarnos ningún día más a la semana, y con pequeña cantidad, agua e infusión o un cortado.
Después al medio día mi primer plato de verdura hervida, como judías verdes, acelgas, coliflor, brócoli, broquil verde, o algún día a la semana guisantes (pues los guisantes aunque sean hervidos engordan más que las demás verduras que he mencionado), o una ensalada con lechuga, tomate, cebolla, pimiento rojo e incluso yo le pongo pepinillos en vinagre. De segundo lo típico de siempre, o carne a la plancha o pollo o pescado blanco. La carne puede ser ternera, buey o incluso lomo de cerdo, pero evitar el cordero. Y de postre una pieza de fruta, manzana, naranja, mandarina, kiwi, pera etc,. o un yugurt blanco, y no hace falta que sea especial, pues yo los que me como son blancos y azucarados, eso sin los de pote de cristal quitarlo de la lista.
A media tarde cuando puedo me tomo un café con leche o una infusión, o una fruta. Y para cenar casi siempre como una buena ensalada y cuando digo buena es por que le añado, atún, trozos de piña e incluso cuatro o cinco aceitunas y un yogurt. También podéis al principio comer un segundo plato, siempre que no sea carne, si no pescado blanco y a la plancha, hervido o al vapor, y en cuanto os habituéis a la dieta, pasados dos meses eliminar el segundo plato de la cena. No os engañaré es hoy 16 meses después de iniciar el régimen y aún me quedo con hambre muchos días, pero como se suele decir, no hay recompensa sin sacrificio.
Tanto en la comida como en la cena podéis comer pan como ya os dije anteriormente, pero recordar siempre con moderación, tres rebanadas en cada una de las comidas como mucho. Y si sois de los que están acostumbrados a beber vino en cada comida, pues seguir bebiéndolo, eso si, un vaso como mucho dos.
Cuando os decía lo de dejar el alcohol, me refería a los cubatas y otras bebidas similares, como copas etc.
Hay días que la ensalada la sustituyo por unos cereales, pero de esos que no engordan en exceso con un buen tazón de leche desnatada, pero en ocasiones contadas.
Los domingos nos podemos dar el gusto de comer al medio día, pollo al horno o conejo, acompañado de una patata asada y un par de vasos de vino si nos apetece, y pan claro, pero no comernos un pollo entero o un conejo entero, sino un cuarto. También debo deciros que algún domingo he disfrutado de una buena paella de marisco, pero un plato normal sin que sea una platazo de aquellos que me solía comer, y luego mi fruta.
El domingo por aquello de estar en casa solemos picar algo antes de sentarnos en la mesa a comer, como patatas fritas de bolsa o algún que otro berberecho y aceitunas, más la comida, pues para compensar dicho exceso debemos de ser conscientes y responsables y si ese día nos hemos pasado, por la noche tenemos que castigarnos, y descartar la cena aunque esta solo sea una ensalada, pues las calorías que debemos comer a lo largo del día ya las hemos depositado en nuestro cuerpo, con lo que no podemos añadirle más, ni una ensalada y menos una pieza de fruta, pues la fruta de noche engorda mucho más que por la mañana, ya que esta es rica en azúcar y como nos vamos a dormir ese azúcar de la pieza de fruta no la quemamos. Olvidaros totalmente de la fruta a partir de las 20:00 horas, pues nuestro cuerpo no podrá eliminar su azúcar.
 Y lo más importante ser constante y continuar con la dieta aunque no consigamos los resultados que queremos con rapidez. Los kilos hay que dejarlos poco a poco, las dietas milagrosas no existen, son puro marketing y muy perjudiciales para nuestro organismo, así como las pastillas o cualquier otro tipo de medicinas milagrosas, ya que la mayoría de ellas no hacen nada e incluso son perjudiciales para el corazón.

lunes, 25 de octubre de 2010

¿Quién soy yo?

Para empezar, antes de hablaros de "Mi Proeza" quisiera darme a conocer a todos vosotros.
Bien, yo soy un padre de familia al que la vida no le ha tratado demasiado bien en lo económico, pues llevó unos 5 años para olvidar, pero el objetivo de este blog no es el de hablar sobre mi triste y difícil vida. Simplemente quiero aprovechar la oportunidad que nos brinda la tecnología hoy día para poder explicaros a todos "Mi Proeza".
Dicho esto, quería empezar con una fecha, "20 de junio de 2009". Esa es la fecha dónde mi vida empezó a dar un pequeño paso, pues en aquellas fechas no podría ni imaginarme lo que 16 meses después había logrado, ni yo ni ninguno de los médicos que me conocen.
Yo tenía obesidad morbida, pesaba 141,5 kilos, con una estatura de 1'70 m. Una brutalidad verdad, pues sí. Aparte de mis problemas que anteriormente os he citado, mí vida se estaba convirtiendo en un calvario, y me quedaría corto en realidad, pues mi excesivo peso me impedía en gran medida encontrar trabajo, pues seamos realistas, y no por ello estoy diciendo que toda la gente con este problema no pueda encontrar un buen trabajo, pero si somos realmente sinceros con nosotros mismos, podemos llegar  a la conclusión de que muchas de las puertas que se me cerraban, o gran parte de ellas era por la obesidad, porque ante todo, cuando vas a una entrevista de trabajo, la primera impresión que se llevan de nosotros es nuestro aspecto.
Yo por suerte encontré trabajo, eso sí temporal, pero dicho trabajo exigía un gran esfuerzo físico, y mi cuerpo no era precisamente un cuerpo para demasiados esfuerzos, ya que todo sobreesfuerzo físico con una obesidad importante, puede suponer una grave lesión, y de hecho a mí me salieron unas llagas enormes en las plantas de los pies, al estar con las botas obligatorias durante la jornada de trabajo recorriendo kilómetros de calles, ya que era barrendero, y mi pueblo no es que sean las calles planas, no nada de eso, lleno de cuestas y escaleras. Mis primeros 15 días fueron horribles, y no exagero al decir horribles, pues con los pies ensangrentados de unas llagas enormes que no se curaban y la calor y mí sobrepeso, fueron realmente dos semanas de penitencia.
Lo cierto es que esos 15 días tuvieron algo de satisfactorio, pues sin hacer ningún tipo de régimen estaba perdiendo peso, y no era de extrañar, trabajando bajo el sol abrasador del verano y bebiendo hasta 3 y 4 litros de agua en 6 horas, era suficiente motivo para perder peso.
Pasados esas dos semanas, me plantee el hacer dieta, pero tampoco debía de volverme loco, pues la calor y el esfuerzo que hacía cada día con mi notable sobrepeso, no era muy conveniente hacer una dieta rigurosa, pero si que me plantee enserio empezar hacer dieta, eso si suave.
Llegado el mes de octubre había logrado adelgazar 10 kilos, no era mucho eso es evidente, pero mira por donde se me acabo el contrato y no me renovaron, con lo que me quede de nuevo en el paro, y ello me desmoralizo bastante, pero me salió una oportunidad de trabajar a media jornada en diciembre en un gran centro comercial de reponedor de bebidas, no era ni mucho menos el trabajo de mí vida, pero era un trabajo, aunque lo de la dieta quedo a un segundo termino, pues no estaba anímicamente preparado para ello, y menos aún en Navidad.
Terminado el periodo Navideño me volví a quedar sin trabajo, hasta que el 20 de enero entre a trabajar en un supermercado como ayudante de frutería, dónde por suerte aún sigo trabajando. Una vez solucionado el problema del empleo, me lance de nuevo a la dieta. En enero del 2010 pesaba 131 kilos, y hoy 25 de Octubre de 2010 peso 101,5 kilos. Es cierto que aún sigue siendo un peso importante, y que debo bajar al menos 20 kilos más, y en ello estoy, pues hasta que no lo consiga, seguiré con mis trece.
Debo deciros que no he visitado a ningún medico para que me pusiera una dieta de esas que tienen prediseñadas para todo el mundo, la dieta me la impuse yo mismo. En Mayo pase la revisión medica del trabajo y los análisis me salieron perfectos, igual que la tensión, 12 de máxima y 8 de mínima, como un chaval. Antes de empezar adelgazar mi tensión no era demasiado buena, aunque tampoco es que fuese mala del todo, pero sin duda he conseguido mejorarla y los niveles de azúcar, colesterol y acido úrico están perfectos.
He bajado de pantalón de la talla 64 a la 52-50, de camisa de la 56 a la 46, me siento mucho más ágil, y descansado. Antes no podía ponerme los calcetines sin ayuda por que me ahogaba, ahora eso ya forma parte del pasado, un pasado que no quiero volver a vivir.
Me siento más joven y con unas ganas tremendas de vivir. Mis problemas económicos siguen siendo prácticamente los mismos, pero ahora los veo de otra manera, pues me siento capaz de todo. Tanto mi esposa como yo disfrutamos mucho más del sexo, y he conseguido tener más ganas de salir y disfrutar. Una experiencia irrepetible que por suerte vivo cada día.
Aparte del régimen que continuo haciendo, los días que tengo fiesta, que normalmente son los miércoles y domingos, los aprovecho para salir a andar al menos una hora sin parar, pues tan importante es la dieta como el hacer ejercicio, y el día que no salgo andar debo deciros que lo noto, por ello me lo he planteado como una obligación a la que por todos los medios intento no saltarme.